El fulgor llena mi habitación
mientras sus ojos dormitan,
mientras su alma sueña.
Y se sumergen mis sentidos en ella
tan apacible como una flor.
Sus manos dulcemente acompañan
la melodía de sus sueños,
prendidos de su sonrisa risueña.
Su cuerpo entre mis sábanas
despierta mis ansias
y me acuesto a su lado
mientras la miro desde la lejanía.
Angel de ensueños en mi cama,
y mi caricia se disuelve
en la perfección de su gesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario