domingo, 11 de julio de 2010

Magia.

Tengo ansias de saber,
qué hay en tu mente,
qué hay en tu alma,
cuando clavas la vista
y tu mirada acompaña una música.
Quiero escuchar tu música
como si saliera de tu boca
y entrara en mi ser,
como si estuvieras cerca.
Y te avalanzas hacia mi
como una marea de luz
y me entregas la melodía
que crea tu mirada
en tu dulce omnipresencia.
Me cantas tus palabras
como pequeñas hojas
que vuelan en otoño
y se deslizan acariciando
un banco en la estación.
Y tu omnipresencia
se hace presencia
y no podemos hablar,
no podemos decirnos palabras
que un día se nos ocurrieron,
y llenamos las bocas
y cerramos los labios
y hablamos palabras que no pronunciamos.
Ésas palabras que dan lugar
a las miradas furtivas
que se entienden
rodeadas de sonrisas sabias.
Entonces tu abrazo es sólido
y te abrazo fuerte,
despidiéndome de tu luz:
Hasta el próximo encuentro.

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