Tiempos con pasados fríos
ahogan mi mente en recuerdos
siempre tuyos,
siempre melancólicos.
Municiones de un arma inexistente
buscan su lugar en el mundo
sumergidas en soledad
y tristeza crecientes.
Un grito casi apagado
por el propio silencio
añora su sonido y música,
como quien nunca lo tuvo.
El suspiro de la luna,
ya cansada,
se entrega a una total soberbia
de un sol listo para aparecer.
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